miércoles, agosto 31, 2005

Fuego en el Pecho


Cual talismán gitano me procuraste la peor de las maldiciones,
aquella que se invoca una o dos veces en la eternidad,
cual llanto divino me empapaste de la peor de las aguas
y cual hoguera del Santo Oficio me quemas en la más infernal de las conflagraciones.
Me has convertido en el más deplorable de los zombis de vudú,
aquel que vaga con el único rumbo del descanso imposible.

Son pocos los objetos libres de lujuria obscena,
y muchos menos los demonios mayores de origen divino,
traidores de naturaleza, cazadores de almas, buscadores de adoración.

Mi maldición esta en tus caderas, candentes de infierno
y en tus labios, la paz de mi muerte.
Hazme morir, asesíname en tu vientre
y procúrame la vida eterna entre tus pechos.
Eres tú mi condena de Santo Domingo y Catedral,
eres tu mi adoración etérea de esperanza y sentimiento.

1 Comments:

Blogger Simon@ said...

sigue escribiendo
me gustaron mucho tus palabras

nos leemos

12:30 a. m.  

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