Fuego en el Pecho

Cual talismán gitano me procuraste la peor de las maldiciones,
aquella que se invoca una o dos veces en la eternidad,
cual llanto divino me empapaste de la peor de las aguas
y cual hoguera del Santo Oficio me quemas en la más infernal de las conflagraciones.
Me has convertido en el más deplorable de los zombis de vudú,
aquel que vaga con el único rumbo del descanso imposible.

Son pocos los objetos libres de lujuria obscena,
y muchos menos los demonios mayores de origen divino,
traidores de naturaleza, cazadores de almas, buscadores de adoración.

Mi maldición esta en tus caderas, candentes de infierno
y en tus labios, la paz de mi muerte.
Hazme morir, asesíname en tu vientre
y procúrame la vida eterna entre tus pechos.
Eres tú mi condena de Santo Domingo y Catedral,
eres tu mi adoración etérea de esperanza y sentimiento.

Manto Celeste

Me regalas tus minutos, tus mensajes
me regalas tu sonrisa, tu alegria
me compartes tus anhelos y tus penas
me regalas tus enojos y tus sueños

Me presentas transparecia
me presentas humildad
me acercas a tu mundo
me refresca tu niñez

te cruzaste en mi camino
te atravesaste en mis sueños
te clavaste en mi mente
ahora te encierro en mi cotidianeidad

no puedo pedir tu vida
sólo puedo regalarte la mia
no puedo obligarte a nada
pero me obliga tu mirada

me cubre tu mirada, me acaricia tu pelo
deseo tus labios, dormir en tu cuello
acariciar tu sonrisa y regalarte el cielo
quiero cubrirte con el manto celeste
y vestirte de luna

Para Clau

Son gestos, son detalles, son momentos
no es constante, no es periódico, tampoco es siempre
no es intenso, no es apasionado, no es potente ni revolucionario
no ha sido siempre, quizás es nunca, muchas cosas no es
pero otras si las será.


Es suave, es sedoso, pulcro y transparente
es sutil, cálido, refrescante y me acaricia
me cobija, me abriga y alimenta
me consuela, me alienta, felicita y castiga
me aconseja y deja libre.


¿que más es?, ¿que es lo que deja de ser?
¿como definir lo etéreo? ¿como atrapar el viento?
Sería ridículo, impensable, un acto criminal


No son palabras, sino mensajes.
No son gestos, son caricias.
No son momentos, sino vivencias.


No es constante, son destellos
No es periódico, sino repentino
No es siempre.....Pero si será eterno


Te quiero Clau, adoro tu amistad, compañia y lo todo lo que ellos representa para mí
no puedo definir lo que hay entre nos, amistad es sólo una palabra...lo que tenemos es un universo

Te adoro Mucho Clau

Discovery Chile

Generalmente bajo por Compañía hacia el centro quedándome por ahí por Amunategui, con el sinfónico estruendo de aquellas graciosas y delicadas gacelas amarillas, cuyos jinetes invitan gentilmente a acelerar el camino: “…apúrate po’ conchetu…”. Ahora que recuerdo, una vez alguien, famoso al parecer, dijo: “la poesía no es de quien la escribe, sino de quien la usa”, y otro caballero de similar oficio nos demuestra que la poesía está en la calle, en cada esquina. Entonces pienso, puta que hay poetas manejando micros, bendito sea el ocurrente que conjugó los mariscos con la santa madre del otro.

Sigo el camino por Huérfanos hacia Estado, esa vía que amablemente nos incita a golpear hombro con hombro, ¿será acaso una muestra de afecto con los desconocidos?, ¿tan necesitados de contacto físico estamos, que necesitamos golpear a un anónimo?, si queremos amar a nuestro prójimo podríamos hacerlo de modo un poco más sutil, basta con una mínima sonrisa que borre aquellas ácidas cicatrices que surcan el rostro de quien atraviesa por esta ciudad. ¿Por qué digo ciudad? si esto es un submundo, el planeta de quien vegeta dentro de un traje de corte inglés o zapatos de tacos, de vendedores de diarios y golosinas, de lustrabotas y lanzas, de inspectores Santiago y carritos a pedal, de todos aquellos que formamos parte de la flora y fauna de este mundillo, flora que vegeta su existencia y fauna que se traga la existencia vegetativa.

La 15 y los cigarros

Bola 7 en la banda, ritual que estimula periódicamente nuestra común batalla, compañero en la lucha. 7 más, este taco parece una gran S, el tiro resulta casi tan impredecible como la siguiente palabra en nuestra litúrgica charla. ¿Por qué diablos siempre echas la 15?, definitivamente esto resulta impredecible, pero siempre sucede igual. ¿Te quedan cigarros?, no importa creo que me quedan unos pocos.

Te dije que esta mesa se come las bolas, está casi tan chueca como los tacos, pero que mas da, la 8 es mía, se les ha quitado la mala costumbre de decirme bola 8, en realidad no fue costumbre, fue sólo una vez. Ni se te ocurra, nunca más tomo ron, mejor un vodka, se me atravesó la 12, ¿cuantos llevo?, otra vez planeando unas chelitas y como siempre nunca resultan.

Te llamo en la semana pa’ que hagamos algo, hasta las bandas están chuecas, no importa, al menos se puede jugar tranquilo, no sé, igual tengo que ver, cualquier cosa te aviso.
Oye, ¿Qué vas a hacer en la tarde?, nada ¿Por qué?, ¿vamos a jugar una mesita?, vamos, yo llevo los cigarros.

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Definitivamente poseo la autodestructiva costumbre de esperar cada tarde, incluso las de sagrado domingo, para poder leer entre tus líneas, supongo que las mías tienden a la fantasía, en ocasiones a la mentira, quien sabe, se dice que las mentiras crean felicidad, aquella felicidad que se sabe etérea, pero aun así se vive y aprisiona dentro de los desvencijados muros de adobe que rodean nuestra común causa.

Me pregunto si escribes con cocaína, tus palabras resultan demasiado poderosas para mi organismo, sobredosis de entusiasmo y dulzura, no quiero tanta azúcar que después la sal escoce mis percepciones electrónicas y digitales, percepción de e-mail y archivos recibidos.

Definitivamente tengo la patética costumbre de esperar que esperes lo que yo espero, no se por qué siento que sientes lo mismo que yo siento, a pesar de que nunca nos hemos sentido y nunca me habías esperado. Esperemos dejar de leer entre líneas, mirémonos a los ojos, mintamos francamente, construyamos un especio para los estúpidos perdedores como nosotros. ¿Por qué digo nosotros?, ¿ves como espero que esperes lo que yo espero y que sientas lo que yo siento?

LLanto Celeste

Siempre me he preguntado cuantos besos caben en un suspiro,
del mismo modo me cuestiono, ¿cuantos besos vale una sonrisa?
y hoy, asi como ayer y quizás como mañana, me pregunto
¿Cuantos llantos viven en un día de lluvia?.

Es fantasioso, muy iluso, pero aun hoy, hasta el día de hoy
sigo creyendo que la lluvia son lágrimas, lágrimas indescifrables.
No logro saber si llueve alegre o triste, si llueve de placer o de dolor.
Quisiera ver los ojos del cielo y buscar un motivo y una razón.

Si llueve de dolor, amaría poder abrazar el cielo y cobijarlo
si llueve de alegria, me gustaria buscar su boca y besar su sonrisa.
Talvés sea que dese retribuir su celeste frazada
o sus cálidas caricias de luz.

Me imagino que el cielo tiene rostro de mujer
alma de madre, manos de diosa
cabello de amiga y ojos de amante
quizas sea porque imagino tu rostro en el cielo

Porque en el cielo está tu lugar